Mas Info. Seat 124 Sport
NACIMIENTO
SEAT presentó el 124
Sport, en la versión 1600, en el Salón de Barcelona de 1970, poniendo al
alcance de los automovilistas Españoles un excelente coupe deportivo con una
carrocería muy práctica y de gran atractivo, propulsada por una mecánica con un
motor de doble árbol de levas en culata, una alimentación independiente para cada
cilindro, cinco velocidades y un equipo de frenos con 4 discos.
De esta manera SEAT
entraba en la fabricación de los coches de lujo y deportivos y con este modelo
tuvo un gran exito porque la oferta deportiva en España se quedaba en los 850 Sport
Coupé y Spider de la misma SEAT, el Mini 1275 GT de Authi, el Alpine A 110 y el R-TS de
Renault y el Rallye GT de Simca. Vehículos con indudable atractivo, pero en general
con unas prestaciones finales bastante alejadas de las que prometía SEAT 124 Sport
con su motor de 1.600 cc, su culata con doble árbol y su alimentación por medio de dos
carburadores dobles Weber que anunciaba un rendimiento de 110 CV, una cifra de potencia
que, a excepción de los Dodge, nadie en esos años había puesto a disposición del
automovilista español. Esos 110 caballos cobraban aún más importancia si se piensa que
tenía que tirar de un conjunto cuyo peso final se quedaba ligeramente por debajo de los
1.000 kilos. En otras palabras, Seat ofrecía la posibilidad de rodar en un bonito coupé
con una relación peso potencia de 9 kilogramos por caballo a todo aquel que dispusiera en
ese momento de 243.500 pesetas para emplearlas en la compra de un coche, Un privilegio que
hasta entonces estaba reservado a unos pocos afortunados.
EL VEHICULO
Exteriormente tenia una línea muy agradables y elegantes
combinando el buen gusto con una elegancia deportiva que acrecentaba su cola
truncada, que le daba un aire deportivo que su potente motor se encarga de resaltar. El
frontal era muy estilizado y sus dobles faros se encargaban de acotar un radiador en
paneles de abeja. En la parte trasera resaltaban los modernos pilotos que, aparte de ser
muy visibles, eran de una gran estética.
En el
interior del vehículo no le faltaba deportividad, conseguido gracias a unos asientos
bajos, al volante de dos radios con su aro imitando madera (prácticamente el mismo del
850 Sport Coupé), al salpicadero con una capilla que ofrecía velocímetro,
cuentarrevoluciones, nivel de combustible, presión de aceite, temperatura del agua y
reloj horario. También era de agradecer el espacio que había para las plazas traseras ya
que, pese a que detrás no se viajase como en un turismo, se podían acomodar dos adultos,
algo poco frecuente en la mayoría de los coupés de su época.
La posición del conductor podía ser algo
incómoda, porque que los pedales se quedaban cerca del asiento obligando a llevar las
piernas encogidas si no queríamos quedarnos muy lejos del volante.
La verdad es que en este modelo se supo
resolver francamente bien, su imagen deportiva con la practicidad.
Su manejo dejaba
buena una buena impresión; embrague de accionamiento suave, dirección algo pesada en
parado y excelente tacto de la palanca del cambio. La puesta en marcha con el motor frío
exigía un poco de paciencia hasta que el motor tomaba tomado un poco de temperatura y los
dos dobles cuerpos empezaban a funcionar sin la ayuda del estrangulador (starter). A
partir de este momento el motor subía de vueltas con facilidad y la alimentación
independiente para cada cilindro funcionaba realmente bien por encima de las 3.500 rpm. La
precisión y facilidad del manejo de la palanca del cambio y la buena voluntad del motor
para subir de vueltas animaban a exprimir los 110 CV que llevamos debajo del capó.
En líneas generales el 124 Sport ofrecía
un comportamiento y unas prestaciones bastante más deportivas que el de muchos otros
coches de su época. En cualquier caso, el paso de los años se ha encargado de
revalorizar las formas del 124 Sport que hacen gala de una limpieza de líneas en las que
predomina la sencillez y la elegancia. Largo capó con paneles limpios, montantes de las
puertas y del parabrisas muy finos y una gran boca delantera en la que se alojan sus
cuatro faros.
VISIBILIDAD
El 124 Sport tenia buena
visibilidad en todos los sentidos. En conducción normal, de carretera, las amplias
superficies acristaladas permitían un amplio campo de visión. Hacia los lados y
hacia atrás, la visibilidad era también excelente.
El retrovisor interior era más bien escaso de tamaño y no aprovecha todo
el campo que ofrece la luneta trasera. Iba dotado posición antideslumbrante para la
noche y luz de cortesía.
El sistema de limpia y lavaparabrisas era muy
completo y de accionamiento sencillo, todo ello mandado con una palanquita situada bajo el
volante, a la derecha. Tenia funcionamiento intermitente y continuo, este último de
dos velocidades, que se mandaban mediante un botón del salpicadero.
La
eficacia de la luneta térmica funcionaba con rapidez y eficacia y el desempañado del
parabrisas permitía limpiarlo en poco tiempo.
Para la
conducción nocturna, se disponía faros con lámparas halógenas. Los dos exteriores,
para cruce, y los interiores, para larga, funcionando los cuatro en dicho momento
suministrando una muy buena iluminación.
VERSIONES
Existieron dos
versiones; la de motor 1600 y la de 1800 cc. La versión 1600 se ofreció desde la
aparición del modelo en 1970 hasta el año 1973 y su consumo era de en unos 9 litros por
carretera y 12 en ciudad..
La versión 1800 se montó desde 1973 hasta la
desaparición de la fabricación del modelo. Lo único que variaba era la curva de
par del motor, más plana y progresiva en el 1800, y que permitía utilizarlo con perfecta
dosificación desde las 1.500 revoluciones por minuto. En eso era superior a su antecesor
y la perfecta gradabilidad con que se podía utilizar el pedal del acelerador.
El consumo estaba estipulado en unos 9-10
litros por carretera y 12-13 en ciudad.
ESTABILIDAD
Al parecer al 124
Sport se le hicieron algunas críticas por la falta de capacidad de su eje trasero
para digerir las irregularidades de la carretera es más que probable que en realidad
fuesen por el mal estado de la red viaria de su época. Presentaba un ligero subviraje de
su tren delantero en la entrada a las curvas y tendencia al sobreviraje, fácilmente
controlable, a la salida si se abusa de la potencia en marchas cortas. En cualquier caso,
el basatidor está un poco por debajo de las posibilidades del doble árbol de levas,
quedándose a medias entre el comportamiento de una berlina y el de un autentico
deportivo, debido al esquema de sus suspensiones y a unos tarados relativamente
suaves.
En cuanto al
equipo de frenos, tenia un buen tacto, estaban suficientemente asistidos y el
coche se detenía en espacios razonables, aunque el tamaño de los discos se queda un poco
justo si se abusa de ellos en zonas viradas. Quizá el punto más negativo fuese la
dirección, cuya precisión e información está bastante lejos de la que se conseguía
con una buena cremallera.
DEPORTIVIDAD
La deportividad de este modelo, era innegable pues había sido diseñado para ello. Al aventajar a sus rivales de características semejantes, tanto en reprise como en velocidad punta, el SEAT 124 Sport participa en numerosas carreras y rallies