SEAT presentó en
el Salón del Automóvil de Ginebra, y posteriormente en el de Turín, este
espectacular concept car denominado BOLERO 330 bt. Su tamaño excedía al
de cualquier vehículo fabricado hasta entonces por SEAT.
En su línea exterior, los trazos tensos de su cintura y de su
cuerpo metálico, contrastaban con su interior, marcado por los volúmenes
suaves en un vehículo pensado para un uso eminentemente familiar.
A pesar de ser un concept car, su mecánica estaba perfectamente resuelta. El motor era un seis cilindros de 2.8 litros, alimentado por dos turbocompresores, por lo que su potencia alcanzaba los 330 caballos (242 Kw). De ahí su denominación de 330 bt. Para mejorar la manejabilidad, el Bolero, incorporaba un sistema permanente de tracción a las cuatro ruedas. Y para hacer más fácil su conducción, disponía de un cambio de tipo secuencial “Sportronic”. La transmisión Sportronic estaba dotada de un regulador que adapta el cambio de marchas a la preferencia personal de cada conductor o a las circunstancias de la vía por donde se circulase.
Las llantas de aleación de 19 pulgadas son llamativas y sus neumáticos
anchos montan unas cubiertas de 255/40. Las ruedas son las de un coche potente
que está preparado para ir a grandes velocidades en cualquier circunstancia.
Las grandes llantas permiten un sistema de frenado de tipo "royal" que
permiten controlar los 330 CV del motor biturbo.
El Bolero era una buena combinación de técnica y estética que trataba
de humanizar al máximo su carga electrónica distribuida por los cuatro
costados. En algunos aspectos era innovador, como por ejemplo la
eliminación del pilar central que separa ambas puertas laterales, aunque
esto solo podía apreciarse cuando se tenían abiertas las puertas.
El BOLERO era un sedán, un vehículo familiar
pero con un marcado carácter deportivo. Por eso, estaba perfectamente
adaptado para su uso habitual por parte de cuatro adultos.
El montaje del coche se obtenía con un vanguardista sistema de uniones
entre la carrocería y las puertas, sobre todo por la ya comentada ausencia del
montante central. Este sistema fue probado en las situaciones más comprometidas
y no ha presento el menor problema, resultando una magnifica accesibilidad a las
plazas delanteras y traseras.
En el Seat BOLERO todo era espectacular e innovador, pero sin duda
destacaba la palanca de cambios. Aunque más que palanca quizá habría que
decir sistema de accionamiento del cambio de marchas.
El cuadro de instrumentos también era novedoso, con cuatro relojes analógicos
para mantener perfectamente controlado el vehículo. El único elemento digital
en el cuadro era el cuentakilómetros, lo que no deja de sorprender en un automóvil
futurista en el que la electrónica invadía hasta en el más mínimo detalle.